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Como mejorar tus fotografías de viaje

La fotografía de viaje consiste en inmortalizar la forma de vida de allá donde viajemos, ya sea al pueblo de al lado de donde vivimos o en una tribu perdida en la selva. Si queremos traernos de recuerdo algo más que un selfie, debemos observar, sentir y percibir ese ambiente nuevo para nosotros y representarlo en una imagen, para que cada vez que alguien vea esa fotografía, pueda impregnarse de todos esos sentidos que percibimos a la hora de disparar y pueda viajar a ese lugar solo con verla.


Qué equipo fotográfico llevar: Os sorprenderéis, pero solo viajo con una cámara y un solo objetivo. Cuanto más desapercibido pasemos, menos llamaremos la atención y mejores fotos improvisadas haremos. Un objetivo polivalente y luminoso, que cubra todas las necesidades. Yo suelo viajar con un 24-70 mm de Canon. Nunca llevo flash, prefiero aprovechar la luz por muy poca que sea y, si vamos a hacer fotos nocturnas, con un pequeño trípode será suficiente.



Configuración de la cámara: ¿RAW o JPG? Siempre que dispongamos un editor como Camera RAW de Photoshop o Lightroom, recomiendo tirar en RAW. Nos dará mucho más opciones para editar las luces y colores sin que la foto sufra y pierda calidad. Serán archivos más pesados, pero con las tarjetas de memorias y los discos externos que hay actualmente, no tendremos problemas de almacenamiento. Para la configuración de la cámara recomiendo dos opciones: Manual o AV. En "manual" tendremos libertad para elegir velocidad de obturación y diafragma dependiendo de la luz que haya. Aunque la opción "AV" o prioridad de diafragma, es mi preferida; yo elijo qué diafragma usar (que por lo general es f2'8) y la cámara me pone automáticamente la velocidad. Así las fotografías tienen una reducida profundidad de campo, desenfocado los fondos y realzando los primeros planos. A la hora de editar, prefiero fotos oscuras a luces quemadas, así que suelo subexponer un punto y medio todas mis fotos.


¿Debemos pedir permiso antes de hacerle una foto a alguien? -No! Seguramente recibiré muchas críticas por mi respuesta, pero os explicaré por qué y cómo yo lo hago. Cuando observamos una escena que nos interesa fotografiar, pedir permiso rompería ese ambiente natural para convertirse en algo observado y forzado. Recomiendo hacer discretamente la foto, mostrársela, y siempre borrarla si nos lo pide, aunque os aseguro que casi nunca os pedirá eliminarla.


Paciencia; el secreto para una buena foto: Encontramos una localización que nos gusta; una calle, una esquina, un puente, un árbol... Estamos de vacaciones y tenemos tiempo. Esperemos! Esa localización que tantos nos gusta irá cambiando; se irá decorando con el paso de la gente, el vuelo de un pájaro, el cambio de luz, de las sombras... Con paciencia tendremos la composición perfecta. Auque por mucho que nos guste nuestra fotografía, siempre se podrá mejorar, todo depende del tiempo que empleemos.


Visita los mercados por el día y las zonas turísticas de madrugada: ¿Has paseado por Roma, París o Praga a las dos de la madrugada? Cuando los palos selfies duermen y las calles perfectamente iluminadas son para nosotros solos. Es el momento perfecto; coge el trípode y sal a hacer fotos. Por el día, vete a los mercados, donde brota la vida local. Pasa desapercibido, no te cuelgues la cámara al cuello; mide la luz que haya y tenla siempre preparada. Hay mercados interiores con luces increíbles, aprovéchala subiendo los ISOS mientras juegas con los colores de las frutas y verduras, que nos dará una composición perfecta


La hora dorada: Hay momentos del día que hay una luz mágica, en el que las características de la luz permiten obtener unos colores que no se pueden conseguir de ninguna otra manera. Los colores se vuelven cálidos y suavizados con una tonalidad dorada. Para saber cuando dispondremos de este regalo de la naturaleza; la primera hora dorada del día se inicia justo antes del amanecer y continua aproximadamente una hora. La segunda hora dorada comienza alrededor de una hora antes del atardecer y termina justo después del ocaso. Aprovechar las horas de Sol del medio día para encontrar localizaciones y volver a la hora dorada para hacer la foto.


Aparta el ojo del visor y disfruta tu momento: Hay momentos únicos durante el viaje que marcarán nuestras mejores fotos, pero que lo veremos a través del visor. Aparta de vez en cuando el ojo de la cámara y disfruta ese momento irrepetible. No conviertas los mejores momentos en preocupaciones con el encuadre o la luz. Las fotos son para siempre, pero un buen recuerdo nunca se olvida.

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